El presidente peruano, Martín Vizcarra, anunció el lunes que disolvió constitucionalmente el Congreso, dominado por la oposición, después de que éste se negara a suspender una polémica designación de nuevos miembros del Tribunal Constitucional. Vizcarra se presentó a una moción de confianza que perdió, y siguiendo la Constitución, puede disolver Cortes y llamar a las urnas.
Vizcarra quería crear una comisión para discutir una reforma política que abordara la inmunidad parlamentaria y el voto preferencial, pero los opositores, sobre todo los fujimoristas, han buscado su final político. Ahora, al divolver el Congreso y llamar a las urnas, frena en parte la maniobra de la oposición para hacerse con el control del Constitucional. El presidente denunció la "obstrucción y blindaje" del Parlamento, que no puede controlar.
Pero la oposición no se ha quedado quieta y ha reaccionado declarando la "incapacidad moral temporal" de Vizcarra y nombrando presidenta interina a Mercedes Aráoz, hasta ahora vicepresidenta. Sin embargo, hay dudas sobre que esta sustitución sea conforme a la Constitución y habrá que dirimir la cuestión.