La calidad del agua del Sena era uno de los problemas que afrontaba la ciudad de París antes de los Juegos Olímpicos y nada más empezar la cita el problema se ha convertido en realidad.
El Comité organizador de los Juegos y la Federación Internacional de Triatlón han anunciado este lunes que por 2º día consecutivo se suspenden los entrenamientos en el río porque los análisis del agua no ofrecen las "suficientes garantías" para la salud de los atletas debido al impacto de las lluvias del viernes y del sábado sobre la capital francesa.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, intentó dar un mensaje de tranquilidad bañándose en el Sena días antes del inicio de los Juegos, y esta mañana ha defendido su acción en una entrevista en 'France Bleu'.
Según ha explicado, ese día, el pasado 17 de julio, el agua "estaba completamente dentro de los estándares. Hicimos las cosas en orden y se daban las condiciones para nadar", por lo que apunta a que la situación actual es meramente puntual debido a las tormentas de estos días y al hecho de que hayan removido el lodo del fondo del río y, además, a que se hayan desbordado las alcantarillas, que vierten al río aguas sin depurar.
En todo caso, los dirigentes del triatlón internacional consideran que debido a que las previsiones meteorológicas apuntan a que va a hacer sol durante el día de hoy, se podrá iniciar la competición mañana día 30. Las administraciones francesas han invertido 1.400 millones de euros desde 2016 en el mantenimiento y limpieza del Sena.
Símbolos olímpicos más allá de los Juegos
Hidalgo se ha mostrado partidaria de que los símbolos olímpicos permanezcan en la ciudad de París incluso después de que finalicen los Juegos. Se ha referido en concreto a los anillos olímpicos que están en la Torre Eiffel, al pebetero situado en el Jardín de las Tullerías y a las estatuas de mujeres célebres que emergieron del Sena durante la ceremonia de inauguración.
"Todas deberían tener su espacio en París", ha dicho la alcaldesa parisina.
Por último, Hidalgo ha defendido también el diseño de la ceremonia inaugural que ha despertado algunas críticas por sus referencias, por ejemplo, a elementos religiosos, por la barcaza Drag, en la que según las críticas, "se hizo una interpretación ofensiva de 'La última cena' de Da Vinci, algo que el propio creador ha negado:
"Era una muestra de la diversidad de nuestro país, mediante un banquete griego. Nada que ver con la religión. La idea era hacer una fiesta pagana vinculada a los dioses del Olimpo", aseguró Thomas Jolly, director artístico de la performance en el Senna.
"Muchas personas me dijeron que fue magnífica y decía todo sobre nosotros", ha dicho, concluyendo que la ceremonia mostró "un mensaje de libertad".