El Papa Francisco, desde la Logia Central de la Basílica de San Pedro, ha pronunciado su tradicional mensaje navideño "Urbi et Orbi", centrado en la paz y la esperanza en un mundo marcado por conflictos y divisiones.
En esta ocasión, el Pontífice ha hecho un llamado especial al inicio del Año Jubilar, invitando a todos a convertirse en "peregrinos de esperanza" y a trabajar por la reconciliación.
"Sí, la misericordia de Dios lo puede todo, desata todo nudo, abate todo muro que divide, disipa el odio y el espíritu de venganza. Vengan, Jesús es la Puerta de la paz", ha afirmado el Papa, subrayando la capacidad transformadora de la misericordia divina.
Referencias a las guerras
El Santo Padre ha expresado su profunda preocupación por las numerosas regiones afectadas por la guerra y la violencia. Ha mencionado específicamente la situación en Ucrania, donde el conflicto ha causado sufrimiento y destrucción, y ha instado a las partes involucradas a buscar soluciones pacíficas.
Sobre Israel y Palestina, comentó en cuanto a la guerra de Gaza que la situación humanitaria es "gravísima": “Que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se ayude a la población extenuada por el hambre y la guerra”
Asimismo, ha recordado otras crisis en Oriente Medio, haciendo referencia a Siria y Líbano, y ha pedido que se redoblen los esfuerzos para alcanzar la paz en estas naciones. "Que la luz de Cristo ilumine a los líderes y a todos los ciudadanos para que se comprometan en la construcción de una convivencia fraterna", ha señalado.
El Papa también ha dirigido su atención a África, mencionando países como Sudán del Sur, Burkina Faso, Mali, Níger y Mozambique, donde la violencia y la inestabilidad siguen afectando a la población. Ha pedido que "el Señor sostenga a las comunidades cristianas que viven en esas tierras" y ha instado a la comunidad internacional a no olvidar las necesidades de estos pueblos.
Migrantes y refugiados
En su mensaje, Francisco ha hecho hincapié en la importancia de la solidaridad y la acogida hacia los migrantes y refugiados que huyen de la guerra y la pobreza. Ha exhortado a las naciones a abrir sus corazones y a ofrecer hospitalidad a quienes buscan una vida mejor, recordando que "todos somos miembros de una misma familia humana".
El inicio del Año Jubilar ha sido otro de los temas centrales del discurso papal. El Papa ha invitado a los fieles a aprovechar este tiempo de gracia para fortalecer su fe y compromiso con el prójimo. "En esta Navidad, inicio del Año jubilar, invito a todas las personas, a todos los pueblos y naciones a armarse de valor para cruzar la Puerta, a hacerse peregrinos de esperanza, a silenciar las armas y superar las divisiones", ha declarado.