Este sábado se cumplen 1.004 días de la guerra en Ucrania y todavía no se vislumbra un final a corto o medio plazo. De hecho se está recrudeciendo.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha anunciado la producción en serie de su nuevo misil hipersónico, el Oréshnik, que fue probado este jueves contra Ucrania tras los ataques estadounidenses y británicos.
El líder ruso ha presumido de esta nueva tecnología militar y ha asegurado que no es un modelo mejorado de otro misil de este tipo como algunos países señalaban, sino que es un nuevo prototipo.
Un arma "que nadie más tiene" y que el resto de países "tardarán años en alcanzar" este tipo de armamento. Rusia lanzó este misil el jueves contra la ciudad ucraniana de Dnipró como demostración de poder y para lanzar un mensaje a los aliados de Kiev.
Pero Estados Unidos, China o la propia OTAN han insistido en que seguirán apoyando a Ucrania en la guerra.
¿Qué tiene de especial el misil hipersónico Oréshnik?
El Pentágono ha confirmado que el arma lanzada el jueves es un nuevo tipo de misil con capacidad letal, por lo que Kiev ha pedido a los aliados occidentales más apoyo y sistemas de defensa antiaérea más modernos.
Y es que este misil, según ha subrayado Putin, "no puede ser interceptado ni tampoco los escudos de misiles occidentales pueden con él". Unas cualidades que lo convierten en un arma muy peligrosa que podría cambiar el rumbo del conflicto.
Además, Moscú ha advertido que está diseñado para portar cabezas nucleares, aunque en la prueba de esta semana se lanzó vacío.
Una clara advertencia a la comunidad internacional que apoya a Ucrania enviando armamento.
El país va a producir este nuevo modelo en serie para fortalecer su defensa y hasta que la producción esté completada, han advertido de que seguirán empleando las unidades de demostración que ya tienen.
Este nuevo arma ha puesto en jaque a Occidente y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ya se ha reunido con el presidente estadounidense, Donald Trump, para tratar este asunto de forma urgente.
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