El ex presidente brasileño, Jair Bolsonaro, viajó a Estados Unidos hace unos días y ha tenido que ser hospitalizado debido a una "adherencia abdominal".
Según ha explicado él mismo en su cuenta de Twitter, se trata de unos problemas derivados de las cirugías que le practicaron hace unos años después de ser apuñalado.
Su ingreso ha pillado en un momento de máxima tensión en Brasil después de que centenares de sus seguidores asaltasen las principales instituciones democráticas del país en un intento de echar al actual presidente, Lula da Silva, para intentar que volviese Bolsonaro al poder.
Él se ha desvinculado de lo ocurrido y ha criticado las formas, aunque señaló también a la izquierda y su condena ha resultado polémica para muchos.
Piden que el país no le de refugio
El ex mandatario abandonó el 30 de diciembre Brasil, días antes de la investidura de Lula.
Tras lo ocurrido en Brasil y las tibias declaraciones de Bolsonaro condenándolo, varios congresistas estadounidenses han pedido a Joe Biden que no dé asilo al brasileño.
Desde la Casa Blanca, el consejero de seguridad Jake Sullivan ha señalado que no tienen "contacto directo" con Bolsonaro y que por el momento el Ejecutivo brasileño no ha solicitado la vuelta del ex presidente.
Si eso se produjese, ha detallado, estudiarían "de forma seria" dicha solicitud "como siempre" se ha hecho, ha precisado.
Legisladores demócratas como Alexandria Ocasio-Cortez, Mark Takano o Joaquín Castro han instado a Biden a que deje de conceder refugio al ex presidente de Brasil.
Mientras el ministro de Justicia brasileño ha indicado que de momento no existen motivos para pedir la extradición de Bolsonaro, aunque tiene procedimientos pendientes con la Justicia.