El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, aseguraba el lunes que sus fuerzas militares habían detectado bajo un hospital en Beirut un búnker de Hasan Nasralá, donde el líder de Hezbolá asesinado en septiembre tenía millones de dólares en efectivo y oro. Los propios sanitarios han salido al paso de esa información y su director ha abierto este martes las puertas a decenas de periodistas para que puedan mirar centímetro a centímetro el complejo hospitalario General Sahel, en el barrio de Dahiyeh, una zona que se encuentra bajo la milicia chií que Israel está atacando casi a diario. Está considerada la zona más peligrosa de la capital libanesa.
Los médicos han acusado a Israel de mentiras y llaman estas informaciones como simplemente una forma de desacreditar a todos los profesionales sanitarios del país. "No tenemos aquí nada que no sea sanitario", ha manifestado el director del hospital, Fadi Alameh, quien ha mandado la evacuación completa del hospital por miedo a un ataque de Israel.
Israel sigue insistiendo en que existen refugios de Hizbulá en la zona y que el hospital no los ha querido enseñar, a pesar de haber dado acceso a decenas de periodistas extranjeros y locales y que estos hayan podido moverse libremente por todo el edificio sin encontrar restos de la supuesta caja fuerte.
Hospitales destruidos en Gaza y Líbano
Estos mensajes no son del todo extraños, pues el ejército israelí los ha estado repitiendo todo el rato. En la Franja de Gaza, los ataques a hospitales, médicos y ambulancias se han llevado a cabo continuamente con la justificación de que eran espacios que usaba Hamás. "Los hospitales han sido atacados y se han quedado sin electricidad, mientras los heridos se quedan sin atención médica", ha dicho este lunes el comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA), Philippe Lazzarini.
Ese mismo día, las fuerzas militares israelíes han estado asediando hospitales y refugios para desplazados en el norte de Gaza al crecer en fuerza sus operaciones, lo que ha impedido que la ayuda llegara a la población civil, según han anunciado residentes y médicos.
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