El FBI informó que en julio pasado piratas informáticos iraníes sustrajeron datos de la campaña del candidato republicano Donald Trump, los cuales habrían sido enviados a los demócratas en un aparente intento de influir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
En un comunicado conjunto con la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA) y la Oficina del Director Nacional de Inteligencia, la organización señaló que no hay evidencias de que la campaña demócrata, entonces liderada por Joe Biden y ahora por Kamala Harris, haya solicitado ni respondido al material robado. Sin embargo, los correos electrónicos provenientes de Irán habrían llegado sin ser requeridos.
Las autoridades detallaron que desde el mes de junio los hackers han seguido intentando enviar a medios estadounidenses información privada sustraída, relacionada con la campaña del ex mandatario Trump. El FBI subrayó que ha rastreado dicha actividad, está en contacto con las "víctimas" del ciberataque y continuará recabando información para identificar y desmantelar a los responsables de estas acciones.
Reacción de los republicanos
La campaña de Trump reaccionó mediante un comunicado en el que afirmaron que los hechos demuestran que "los iraníes están interviniendo activamente en las elecciones para favorecer a Kamala Harris y Joe Biden", con el objetivo de impedir el regreso del republicano a la Casa Blanca. El equipo de Trump sostiene que, de ganar las elecciones, reimpondría "duras sanciones" contra Irán.
Karoline Leavitt, portavoz de Trump, exigió que los demócratas "aclaren si utilizaron el material pirateado que les fue proporcionado por los iraníes con el fin de perjudicar" a su rival republicano. Las acusaciones fueron directas y buscan dejar claro el papel que, según ellos, Irán está jugando en el proceso electoral.
En agosto, las agencias de inteligencia estadounidenses ya habían advertido sobre el aumento de los intentos de Irán por influir en las elecciones presidenciales. Según las investigaciones, los actores cibernéticos iraníes habrían intensificado sus esfuerzos por intervenir en la contienda.
El FBI, preocupado
La nota emitida por el FBI subraya que estas actividades "maliciosas" son un claro ejemplo de los esfuerzos iraníes por generar discordia y debilitar la confianza en el sistema electoral estadounidense. Las elecciones presidenciales están previstas para el 5 de noviembre, y el FBI ha señalado que otros actores extranjeros, como Rusia y China, también están incrementando sus actividades de influencia a medida que se acerca la fecha.
El FBI advirtió, además, que estas tentativas de intervención representan una amenaza directa para la seguridad de Estados Unidos, subrayando que "no serán toleradas". Los servicios de inteligencia norteamericanos han sido enfáticos en que continuarán trabajando para detectar y neutralizar cualquier intento de interferencia en los comicios.
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