Hace poco menos de dos años se supo que un importante cardenal del Vaticano había sido condenado a 5 años y medio de cárcel. Se trataba de Angelo Becciu y su delito fue por un caso de irregularidades financieras. En consecuencia, el papa Francisco decidió quitarle sus privilegios como purpurado. Pero ahora existe la posibilidad de que Becciu tenga un sitio, y un voto, en el cónclave que va a elegir al sucesor del pontífice.
Salvo decisión contraria, el cardenal Becciu no tendría que participar en el cónclave, además en las estadísticas del Vaticano le colocan como cardenal no elector, a pesar de contar 76 años (pueden votar los menores de 80). Aun así, la oficina de prensa del Vaticano dijo que todos los cardenales pueden estar en las congregaciones, las reuniones preparatorias, pero que otra cosa es la entrada en el cónclave.
¿Quién es el cardenal Becciu?
Giovanni Angelo Becciu es italiano de Cerdeña, nació un 2 de junio de 1948 y se hizo sacerdote en 1972. Ha trabajado en varias nunciaturas apostólicas, entre ellas las de República Centroafricana, Nueva Zelanda, Reino Unido, Francia y Estados Unidos.
En 2001 fue ordenado obispo de las manos del cardenal Angelo Sodano. Ese año, el papa Juan Pablo II lo destinó como nuncio apostólico en Angola. Luego estuvo en Santo Tomé y Príncipe, y en 2009, Benedicto XVI lo cambió a la importante nunciatura apostólica de Cuba.
Después desus servicios en el exterior, Becciu volvió a Roma en 2011. El papa terminó nombrándole Secretario para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede. 5 años después, se le confirmó como consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
En 2017, Francisco le eligió como Delegado Pontificio ante la Orden de Malta para representarlo durante el proceso de actualización de las normas y leyes de este Estado (en segundo posición estaba el cardenal Raymond Leo Burke). Un año después, Bergoglio le hizo cardenal de la Iglesia católica.
Los negocios inmobiliarios de la Iglesia
Pero todo se torció en 2020, cuando salió a la luz una polémica operación inmobiliaria en Londres, que había sido gestionada por Becciu. Se habían gastado millones de libras en la compra de un edificio en el corazón londinense, en Sloane Avenue, antigua sede de los grandes alamacenes Harrods en el exclusivo barrio de Chelsea.
La compra del edificio la hizo la Secretaría de Estado vaticana en el momento en el que Becciu era su sustituto de Asuntos Generales (2011-2018). La operación no sólo era especulativa, sino que, además, terminó siendo un fracas económicp: creando un agujero en las cuentas de la Santa Sede de al menos 139 millones de euros. El edificio costó a la Iglesia unos 350 millones de euros y solo se vendió por unos 214.
Además, aquella adquisición terminó siendo usada para extorsionar al Vaticano. El escándalo de Londres dejó clara la poca transparencia y las irregularidades que había en las cuentas de la Santa Sede.
Favoreciendo económicamente a sus hermanos
También hubo denuncias de apropiación indebida por haber, presuntamente, favorecido económicamente a sus hermanos. En concreto, se trataba de donaciones de 125.000 euros que el cardenal puso en la cuenta de una asociación, vinculada a la Cáritas sarda de Ozieri, su lugar natal, y que en ese momento estaba presidida por uno de sus hermanos.
Becciu denegó las acusaciones, pero en septiembre de 2020 el papa Francisco le hizo renunciar al cargo de Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y a los derechos relacionados con el cardenalato. Es decir, se quedaba con el título de cardenal, pero perdía cualquier cargo y el derecho a poder entrar en un futuro cónclave.
Primer cardenal condenado por tribunal civil del Vaticano
En 2023, el cardenal acabó siendo condenado a 5 años y medio de cárcel. Incluso entonces, Becciu dijo ser inocente y declaró su intención de recurrir la sentencia. "Respetamos la sentencia, leeremos las motivaciones, pero seguimos estando seguros que antes o después se reconocerá lo absurdo de la acusación contra el cardenal y, por lo tanto, la verdad: su eminencia es inocente", señalaron sus abogados. La apelación llegará el próximo otoño.
Por eso queda la duda de si puede entrar Becciu en el cónclave que va a elegir al nuevo papa. El Vaticano asegura que todos los cardenales pueden participar en las congregaciones y las reuniones preparatorias, y el italiano es cardenal pero no tiene derechos como tal. Sin embargo, el cónclave es otra cosa.
El empeño por estar en el cónclave
El cardenal sardo ha dejado claro que, en su opinión, sí que puede participar en el cónclave para la elección del sucesor de Francisco. Lo ha afirmado y no sólo a sus más cercanos, sino a también los medios. "Refiriéndose al último Consistorio (aquel en el que Arrigo Miglio, exarzobispo de Cagliari y que recibió a Jorge Bergoglio en su histórica visita en septiembre de 2013, se convirtió en cardenal), el Papa reconoció intactas mis prerrogativas cardenalicias, ya que no hubo voluntad explícita de excluirme del cónclave ni solicitud de mi renuncia explícita por escrito", ha dicho al diario 'Unione Sarda'.
Becciu se encontraba en su Pattada natal, pasando unos días de vacaciones. Al enterarse de la noticia de la muerte del papa, interrumpió su descanso para volar a Roma, adonde aterrizó a última hora del lunes. "Como a todos, me ha impactado, me ha conmocionado profundamente la noticia que ha llegado tan de repente, también porque nada hacía pensar en una muerte tan repentina", comentó el cardenal.
El prelado fue cuestionado por el escándalo que llevó a Francisco a retirarlo de sus funciones. "Fue un dolor inmenso ver cómo el Papa cambiaba de repente su juicio sobre mí de forma tan radical. Un dolor que acepté como una prueba de mi fe y de mi elección -confirmada en el momento en que recibí de sus manos el birrete cardenalicio- de dar la vida por el Papa y por la Iglesia de Cristo", indicó.
La congregación general de los cardenales, que ya se ha reunido este martes, es la que debe decidir sobre la posibilidad de que Becciu vaya a tener o no asiento en el cónclave.