Al menos 4 soldados israelíes fallecieron y otras 67 personas resultaron heridos este domingo en el norte de Israel, en lo que ha sido el ataque más letal de Hezbolá desde que comenzaron los enfrentamientos.
El ataque fue perpetrado con drones por el grupo chií libanés, que dirigió su ofensiva contra un campo de entrenamiento militar en Binyamina, una localidad situada al sur de Haifa, la ciudad más grande de la región norte de Israel. Según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, entre los heridos se cuentan también 7 soldados.
El servicio de emergencias israelí, United Hatzalah, brindó asistencia a las víctimas y detalló la gravedad de las lesiones. "Con la ayuda de los equipos de ambulancia de United Hatzalah, brindamos asistencia a más de 60 personas heridas con diversos grados de lesiones: críticas, graves, moderadas y leves", indicó el organismo en un comunicado.
Según medios israelíes, citando fuentes médicas, 4 de los heridos se encuentran en estado crítico, 5 presentan heridas graves, y 14 están en estado moderado. El resto de los afectados tienen lesiones leves.
Ataque de Hezbolá
El Ejército israelí informó que Hezbolá lanzó 2 drones en el ataque, aunque uno de ellos fue interceptado. Sin embargo, las autoridades militares han señalado que investigarán por qué no se activaron las alertas antiaéreas y si hubo algún fallo en el sistema de defensa aérea, lo que permitió que el otro dron sí alcanzara su objetivo en Binyamina.
Hizbulá se atribuyó la responsabilidad del ataque mediante un comunicado. "La Resistencia Islámica llevó a cabo una operación en la noche del domingo 13 de octubre de 2024, lanzando un grupo de drones de asalto contra un campo de entrenamiento de la Brigada Golani en Binyamina, al sur de Haifa", señaló el grupo chií. Según la organización Hezbolá, este ataque es parte de una serie de operaciones en represalia por los "ataques sionistas, particularmente en los barrios de Al Nwaireh y Al Basta, en la capital Beirut y otras regiones libanesas".
El conflicto entre Hezbolá e Israel ha venido escalando durante el último año, con intercambios constantes de fuego a lo largo de la frontera entre ambos países. La situación se intensificó aún más el 1 de octubre, cuando Israel decidió invadir Líbano tras semanas de tensiones crecientes.
Los bombardeos israelíes sobre Beirut han continuado sin tregua desde entonces, aunque hasta ahora la respuesta de Hizbulá, afectada por la pérdida de su líder Hasán Nasralá, no había logrado resultados significativos. Sin embargo, este último ataque con drones marca un cambio en la capacidad operativa del grupo, lo que podría complicar aún más el panorama en la región.
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