La Asamblea General de Naciones Unidas ha aprobado este miércoles una resolución para demandar el fin de la ocupación de Palestina por parte de Israel. Por una mayoría de 124 votos a favor, 14 en contra y 43 abstenciones, los Estados miembros exigen a Tel Aviv que termine "su presencia ilegal en el Territorio Palestino Ocupado", incluido Jerusalén Este, en un plazo de 12 meses. El texto exige además la devolución de tierras confiscadas, el retorno de los desplazados por los asentamientos y que haya reparaciones a los damnificados.
La medida también solicita a los Estados que "tomen medidas para poner fin a la importación de cualquier producto originario de los asentamientos israelís, así como al suministro o transferencia de armas, municiones y equipo" cuando haya motivos razonables "para sospechar que puedan utilizarse en el territorio palestino ocupado".
No ha sido la primera vez que la Asamblea votaba a favor de una resolución relacionada con Palestina o la ofensiva israelí en Gaza, pero esta votación ha supuesto un paso histórico, ya que, por primera vez, la propuesta venía presentada por Palestina. El territorio, a pesar de no contar con estatuto de estado pleno, este mes ha conseguido privilegios adicionales, como un asiento entre los miembros de la ONU en el salón de sesiones y el derecho a proponer proyectos de resolución.
Eso sí, al igual que el resto de resoluciones de la Asamblea, no tiene caracter vinculante, pero aísla a Tel Aviv a pocos días de que se realice la reunión anual de los líderes de la ONU. El ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, ha señalado que la medida adoptada "fomenta el terrorismo y dificulta las posibilidades de paz". después del brutal ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre, que mató a más de 1.200 personas en Israel, el primer ministro Benjamín Netanyahu comenzó una guerra en Gaza que ya va por más de 41.000 muertos y 95.000 heridos.
Europa dividida, EEUU, en contra
Los países musulmanes y los africanos han votado casi en bloque en favor de la resolución. Sin embargo, la Unión Europea ha vuelto a enseñar su división con votos a favor (entre ellos España y Francia), en contra (Hungría y República Checa) y numerosas abstenciones (Alemania, Italia, Holanda, Suecia o Polonia). Por otro lado, como es habitual, Israel y Estados Unidos han vuelto a manifestar su sólida alianza votando en contra en una decisión en la que han estado acompañados por Argentina, Paraguay y varios países insulares del Pacífico, que siempre votan con Washington.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, había pedido al resto de países que votaran en contra. Washington, proveedor de armas y fiel aliado de Israel, está en contra desde hace tiempo de las medidas unilaterales que, cree, socavan la perspectiva de una solución basada en dos Estados. Washington puso veto hasta en 3 ocasiones una propuesta de alto el fuego inmediato en Gaza en el Consejo de Seguridad que, al final, salió adelante en marzo gracias a su abstención.
El lenguaje de la resolución, esta vez muy duro con Israel, no ha logrado convencer a otros países de peso como Canadá, Australia, India, Suiza. Por ello, la medida ha tenido menos consenso que la que fue votada el pasado mayo en la misma Asamblea en favor de la membresía plena del Estado palestino en la ONU: entonces contó con 143 países y solo 9 votaron en contra.
"Cada país tiene un voto, y el mundo nos está observando", dijo el martes a la Asamblea General el embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansour. "Por favor, sitúense en el lado correcto de la historia. Con el derecho internacional. Con la libertad. Con la paz". Poco después tomó la palabra el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, que señaló a este momento como "un circo donde se aplaude el terror".