En el Partido Demócrata están más que preocupados tras la celebración del primer debate electoral de EEUU de 90 minutos entre Joe Biden y Donald Trump.
El aspirante a la reelección, de 81 años, sufrió varios lápsus frente a su rival y también síntomas de agotamiento, sin estar a la altura del duelo en la 'CNN'.
El pesimismo empezó a cundir en esta formación, temiendo ya que Trump pueda conseguir lo que parecía imposible tras derrotarlo en 2020: su regreso a la presidencia.
No se dieron la mano para saludarse al comienzo del debate y Trump se negó a dirigirle la mirada en todo momento, haciéndole de menos a Biden.
Los mejores momentos, en el resumen que ha hecho la 'CNN':
Biden hizo un mal papel
Preocupó y mucho, como se temía, el desempeño del actual presidente de EEUU sobre el atril del debate. Se le vio desubicado, balbuceando, perdió el hilo a sus argumentos...
Biden se mostró incapaz de "desmentir" las continuas falsedades y bulos que vertió Trump en la velada, y además sufrió varios lápsus.
También se le vio cometer varios titubeos, sin tener claro su discurso y sin energía para defender sus argumentos, apenas vocalizando.
A Biden le cotó defender sus frases, con dudas y problemas de voz, como muchos temían antes del debate en el Partido Demócrata.
Para más 'inri', Biden acudía al debate enfermo de gripe e incluso no acabó varias de sus argumentaciones por falta de capacidad.
Algunas voces, ante las alarmas disparadas, piden un cambio urgente de candidato, por mucho que Biden sea el actual presidente en el cargo y la tradición marca que se aspire a la reelección.
Su momento más firme llegó para arremeter contra Trump después de que saliera el tema de su hijo, condenado por posesión de armas: "Mi hijo no era un perdedor ni un tonto. Tú eres el tonto. Eres el perdedor".
Trump hizo lo que se esperaba de él
El aspirante republicano se mostró en todo momento más agresivo, convincente y centrado.
A Trump no le faltó un tono de burla hacia su rival, para hacerse así fuerte frente a él.
En cuanto a su argumentario, tiró de recursos conservadores para ganarse el favor de estos votantes: mano dura contra el aborto, economía firme y con menos impuestos, más límites a la migración...
Fue muy duro contra su rival, al que intentó ridiculizar en varias ocasiones. En un determinado momento incluso se mofó de cómo hablaba: "Realmente no sé lo que ha dicho al final de esto. Creo que ni él sabe lo que ha dicho".
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