Esta semana Estados Unidos volvió a vivir el horror de un tiroteo en una escuela. Ocurrió el jueves en el instituto de secundaria Apalachee de Winder, en Georgia.
Un alumno del centro de 14 años, Colt Gray, irrumpió en el centro con un fusil semiautimático y mató a 4 personas, 2 alumnos y 2 profesores.
Otras 9 personas resultaron heridas y han tenido que ser ingresadas en el hospital. En la última actualización 2 han sido dados de alta y otros 7 permanecen ingresados, aunque todos están fuera de peligro
Ahora las autoridades han detenido al padre del joven, Colin Gray, de 54 años. Se le acusa de 4 cargos de homicidio involuntario, 2 de asesinato en segundo grado y 8 cargos de crueldad infantil.
Según ha declarado el jefe de la oficina de investigaciones de la región, las acusaciones contra el padre del menor llegan porque "permitió deliberadamente que su hijo Colt tomara un arma".
Por otro lado, su hijo Colt, autor material de los hechos, va a ser juzgado como adulto por los asesinatos.
Hace un año padre e hijo fueron interrogados por el FBI por unas amenazas en Internet sobre llevar a cabo un tiroteo, pero el joven negó ser el autor y no había pruebas contundentes. El padre reconoció tener armas en casa pero aseguró que su hijo no tenía acceso a ellas.
Precedente de condenar a padres por los crímenes de sus hijos
La detención y acusación del padre del atacante ha sorprendido a muchos, pero tiene un precedente en el año 2021.
Ethan Crumbeley mató ese año a 4 estudiantes en Michigan siendo menor de edad. Las autoridades detuvieron y acusaron a sus padres también por los asesinatos y acabaron condenados a 10 y 15 años de prisión por homicidio involuntario.
Un caso muy parecido al de Georgia, por lo que es probable que el padre de Colt también acabe condenado por homicidio una vez se produzca el juicio.
El caso de Michigan creó un precedente y fue la primera vez que unos padres acabaron condenados por los asesinatos que había cometido su hijo.
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