Un tiroteo en un centro religioso en Hamburgo de Testigos de Jehová ha acabado con 7 fallecidos y varios heridos, y al parecer uno de los muertos podría ser el autor de los disparos.
Aún se investiga el móvil de los asesinatos pero la policía local cada vez tiene más claro que uno de los fallecidos sería el causante de la tragedia. De hecho, la pista que se sigue es que el responsable era un ex miembro de la congregación religiosa.
En un mensaje en redes sociales, el cuerpo policial explicó que "asumimos que uno de los muertos fue el autor". "Las medidas policiales en la zona se levantarán progresivamente. Las investigaciones continúan", añadieron oficialmente.
De hecho, la policía pide colaboración ciudadana para esclarecer los motivos del ataque, aportando vídeos y fotos sobre lo ocurrido.
El tiroteo comenzó sobre las 21:00 horas, estando casualmente cerca una patrulla policial haciendo una ronda, que se personó pronto en el lugar de los hechos.
Tras las primeras especulaciones, descartó un ataque de tipo yihadista o que el responsable o responsables se hubieran escapado, confirmando el fallecimiento del autor de los disparos.
Las primeras investigaciones concluyeron que en ese momento, los miembros del culto de los Testigos de Jehová estaban realizando una de sus 2 reuniones semanales ordinarias, siendo el jueves un día clave en su fe.
El autor del tiroteó entró al centro y disparó, según la policía, en 4 momentos distintos. Se descarta por ahora que hubiera más responsables.
Testigos de Jehová
Los testigos de Jehová es un culto de una vertiente cristiana con dogmas de fe que discrepan del concepto católico de la Santa Trinidad. Se consideran salvadores de valores originales del cristianismo, basándose en la interpretación propia de la Biblia, más en el Antiguo Testamento y en concreto con una versión propia llamada Nuevo Mundo de las Santas Escrituras.
Tienen una estructura muy cerrada y suelen recibir acusaciones de fuertes presiones a sus miembros y castigar con el ostracismo a quien abandone su corriente. Algunos países los consideran como una secta con peligrosos tintes para la ciudadanía.