Francisco Gil, el guardia civil que encontró a José Antonio Ortega Lara ha recordado en el programa 'Herrera en COPE' la operación en la que se destapó el zulo en el que estuvo secuestrado durante 532 días el funcionario de prisiones.
A pesar de que hoy se cumplan 20 años de ese momento, reconoce que "nunca me olvidaré de ese olor, de cómo se encogía y cómo pedía que le matara. Aquel zulo era una tumba donde iba a morir".
Gil afirma que estuvieron a punto de irse de la nave porque no encontraban nada: "Sabíamos que había algo por las investigaciones, pero habíamos hecho tres barridos y no había nada". Señala que el juez Garzón "no quería aguantar más tiempo de lo que se podía aguantar. Si no hubiera sido por la insistencia de la Guardia Civil, Ortega Lara estaría ahora muerto".
Ha recordado que los miembros de la Guardia Civil, realizaron varias preguntas a Bolinaga, el único etarra que se encontraba en la nave de Mondragón, algo que no gustó al juez Garzón, que quería dejar claro que la investigación la llevaba él. Bolinaga, al principio, negaba que hubiera algo, pero “ante la evidencia, se derrumbó y lo reconoció. Su reacción fue muy fría”.
Francisco Gil señala que esta operación ha sido una de las más duras por la deteriorada situación en la que estaba a Ortega Lara y reconoce que “encontrarle fue un golpe de suerte. Un compañero vio que una de las máquinas no se movía como se tenía que mover y al levantarla nos encontramos el zulo”.