Un anticipo del derbi futbolero de por la noche se anunciaba horas antes en Las Ventas. En un enfrentamiento entre ganaderías madrileñas, con el añadido de la portuguesa de Sobral, y una terna de novilleros con buenas actuaciones anteriores en la catedral y cátedra. Y el resultado acabo en igualada, pero no por el buen juego de los novillos y grandes faenas de los coletudos. Qué va. Todo lo contrario: los animales, exentos de casta y poderío, aunque manejables, fracasaron, pero mucho mayor fue el petardo de la terna que formaban Villita, Jesús Moreno y Diego Bastos. No ya por su vulgaridad lidiadora y artística, que también, sino por algo peor: su escasa ambición. En definitiva, empate a cero.
Les anuncian en la Feria de Otoño, con la oportunidad de que un triunfo les deje bien colocados a los novilleros para la próxima campaña en este coso y en los demás. Y cuando se podía esperar que salieran a revientacalderas, a comerse el mundo, a embestir si no lo hacen los bicornes, se quedan en el puro conformismo. De modo que en tarde de aburridos silencios -y repetidasa palmas de tango a lo largo de la función-, sólo hubo dos momentos en que parecía que iba a cambiar el desafuero.
Uno en el inicio del festejo, con el novillo de José González que tenía cierta fijeza y humillaba, lo que sirvió a Villita para apuntar, sin disparar, alguna corta serie muleteril de mínima ortodoxia, pero dejando finalmente la impresión de que no lo aprovechó. El otro aconteció con el de Ángel Luis Peña, que cerró el petardo de tarde, al que Bastos recibió de hinojos con un par de largas cambiadas. Pero fue un espejismo, ya que después al sevillano le molestó que el bicho, noble como todos, iba y venía con la cara alta, nada problemático teóricamente para un espada tan placeado, que decidió pronto no fajarse con él.
En los otros de sus respectivos lotes, tanto el toledano -con su segundo, de Quintas- como el andaluz -con uno de Ángel Luis Peña- anduvieron por allí con mediocridad y sin jugarse un alamar. Ni siquiera Jesús Moreno, herido de gravedad el pasado mes de mayo en este coso, alcanzó nada notable en los suyos. El albacetense no dijo nada ante el de Condessa de Sobral -que brindó al cirujano jefe de la enfermería, Máximo García Padrós- ni frente al de Baltasar Ibán, con el que, además, se atascó con el descabello.
Al menos el festejo no sobrepasó las dos horas de duración dando tiempo a atléticos y madridistas a llegar al Metropolitano, con la seguridad de que iban a ver un espectáculo mejor. Era fácil pronosticarlo.
FICHA
Novillos de JOSÉ GONZÁLEZ, CONDESSA DE SOBRAL, GUERRERO Y CARPINTERO, QUINTAS, BALTASAR IBÁN y ÁNGEL LUIS PEÑA. En general bien presentados, flojos, nobles y descastados. VILLITA: ovación tras aviso; silencio. JESÚS MORENO: silencio; silencio tras aviso. DIEGO BASTOS: silencio; silencio. Plaza de Las Ventas, 29 de septiembre, 2ª de la Feria de Otoño. Algo más de media entrada (13.568 espectadores, según la empresa).
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