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El estado de salud de nuestros océanos está empeorando

El estado de salud de nuestros océanos está empeorando
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(Foto: Kanenori / Pixabay)
Por Agencia
martes 06 de agosto de 2024, 13:23h

Los niveles de contaminación oceánica están agravándose en los últimos años, a pesar de los esfuerzos localizados para reducirla. El nivel de producción industrial en los países desarrollados continúa acelerándose –sobre todo en Asia–, y el crecimiento continuo de las grandes poblaciones urbanas son los principales culpables de esta contaminación, aunque no los únicos: los combustibles fósiles también tienen buena parte de culpa.

Los estudios de valoración química elaborados en el Pacífico muestran un incremento continuo de los microplásticos presentes en las aguas. Estos microplásticos son ingeridos por los peces y otros animales marinos, y terminan eventualmente en nuestras propias cocinas. De hecho, los análisis muestran una presencia cada vez mayor de microplásticos en nuestros órganos, lo que presenta consecuencias preocupantes para la salud.

La contaminación del Pacífico es especialmente preocupante no solo porque se trata del mayor de los océanos de la Tierra, sino también porque es el que recibe un mayor volumen de residuos industriales. Durante las últimas décadas, gran parte de la producción industrial del mundo se ha traslado a países como China o Vietnam, con lo que los residuos de estas fábricas son vertidos a diario en el Pacífico de forma prácticamente incontrolada.

Los esfuerzos de limpieza son insuficientes

Aunque se están llevando a cabo continuos esfuerzos de limpieza del océano por parte de iniciativas como The Ocean Cleanup, lo cierto es que estos esfuerzos tienen un alcance muy limitado. Se orientan sobre todo a la eliminación de los grandes parches de basura que flotan en el Océano Pacífico, y, aunque consiguen grandes resultados con la retirada de miles de toneladas de residuos, no tienen apenas efecto con los microplásticos.

Además, se trata de iniciativas privadas que no cuentan con suficiente apoyo gubernamental. La problemática de la contaminación del Océano Pacífico es consecuencia de la contaminación –directa o indirecta– de todas las naciones, y debería ser abordada de manera conjunta por todas ellas. En cambio, los gobiernos del mundo están manteniéndose al margen de estas tareas de limpieza, cuando no las obstaculizan con impuestos y otras trabas burocráticas.

Sistemas de prevención en los ríos

Otras iniciativas privadas están tratando de implementar sistemas de filtrado de basura en los ríos más contaminantes del mundo, incluyendo el Citarum, el Salween o el Buriganga. Estos ríos trasladan enormes cantidades de basura y residuos químicos directamente al mar, lo que ofrece la oportunidad de interceptar y retirar esos desechos en su desembocadura mediante la instalación de sistemas de filtrado con forma de red.

Otras alternativas como la ‘Gran barrera de burbujas’ se proponen como sistemas ecológicos y sutiles para retirar la basura de los ríos. En este caso, el sistema instalaría cortinas de burbujas en el lecho de los ríos, similares a las que podríamos encontrar en un acuario. Estas burbujas redirigirían los residuos de los ríos hacia las riberas, donde se acumularían en espacios habilitados para ello y se retirarían de manera manual.

Aumenta el calentamiento de las aguas

Los plásticos no son el único problema. La UNESCO advierte de un calentamiento preocupante de la temperatura oceánica, que se habría duplicado en los últimos 20 años. A diferencia de las temperaturas atmosféricas, que son más fluctuantes, el incremento de las temperaturas en el océano es continuo y gradual, con aumentos superiores a los 2°C con respecto a las temperaturas preindustriales en puntos del Mediterráneo o el Océano Atlántico Tropical.

Este incremento de las temperaturas se traduce en una reducción de los niveles de oxígeno en el agua, lo que asfixia poco a poco a las especies marinas. El océano ha perdido un 2% de su oxígeno con respecto a sus niveles de 1960, pero además han aumentado considerablemente sus niveles de CO2, lo que incrementa la acidez del océano y perjudica tanto a los peces como a la flora marina.

Las algas y otras plantas oceánicas son responsables crear la mayor parte del oxígeno atmosférico, así que, sin ellas, la atmósfera podría terminar resultando cada vez menos respirable. Las previsiones son preocupantes: el incremento de la acidez del océano está en torno al 30% en la actualidad, y se estima que podría alcanzar el 170% para el año 2100, lo que podría contener consecuencias devastadoras e imprevisibles sobre el clima global.

Sistemas de captura de carbono oceánicos

De manera similar a los sistemas de captura de carbono atmosféricos, se están desarrollando también sistemas de captura de carbono oceánicos. Sin embargo, se trata de sistemas que están en una fase de desarrollo muy inicial y que todavía no son capaces de hacer frente al problema del incremento de CO2 en nuestros mares.

Entre los más destacados están los sistemas de crecimiento del fitoplancton, ya sea mediante afloramiento artificial o mediante la oceanografía fertilizante de hierro. Estos sistemas fomentan el desarrollo de fitoplancton, que a su vez captura el CO2 y lo transforma en oxígeno, restableciendo los niveles de O2 en el océano. Se trata de sistemas prometedores, pero aún les queda un largo camino por recorrer.

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