Ayer, el presidente de Estados Unidos hizo las primeras declaraciones en sus cuatro días de presidencia ante líderes empresariales y políticos de todo el mundo en Davos, en un momento en que los mercados están en vilo por sus planes de imponer aranceles a los productos importados. Declaró que está trabajando para revertir la inflación y la inmigración ilegal, al tiempo que impulsará la producción de combustibles fósiles en Estados Unidos. "Lo que el mundo ha presenciado en las últimas 72 horas es nada menos que una revolución del sentido común", dijo por videoconferencia, añadiendo que se centraría en la desregulación y en convertir a Estados Unidos en un centro de inteligencia artificial y criptodivisas, al tiempo que extendería los recortes de impuestos aprobados durante su primer mandato.
"Estados Unidos tiene la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país de la Tierra y vamos a usarlo. Esto no solo reducirá el coste de prácticamente todos los bienes y servicios, sino que convertirá a Estados Unidos en una superpotencia manufacturera". Además, dijo que exigirá que los tipos de interés bajen inmediatamente y que otros países deberían seguir su ejemplo. "Con la caída de los precios del petróleo, exigiré que los tipos de interés bajen inmediatamente, y del mismo modo deberían bajar en todo el mundo", señaló. La Reserva Federal se reúne la próxima semana y estas declaraciones evidencian la tensión existente entre el presidente y la Reserva Federal, y el temor a la interferencia en sus decisiones de política monetaria.