Algunos miembros del BCE, los partidarios a una política monetaria más expansiva, se están comenzando a mostrar a favor de un recorte de tipos en la reunión del 17 de octubre. Los responsables del BCE habían considerado poco probable un recorte de tipos en octubre después de reducirlos este mes debido a unos pronósticos de crecimiento más débiles y las expectativas de una caída continúa, aunque irregular, de la inflación durante el próximo año. Pero las decepcionantes encuestas empresariales de la zona euro y de los datos de confianza en Alemania, así como una desaceleración de los salarios mayor a la prevista, están siendo un argumento para que los partidarios de un recorte de tipos aumenten sus presiones.
Sin embargo, cualquier intento de volver a recortar los tipos se enfrentará a la oposición de los llamados halcones, que argumentan que las encuestas a menudo apuntan un panorama más sombrío que el que posteriormente se refleja en datos como el PIB. Los defensores de políticas monetarias más agresivas han sostenido durante mucho tiempo que el énfasis debería ponerse en datos como las cifras de salarios y PIB, así como en las propias proyecciones del BCE, las cuales serán actualizadas para la reunión de diciembre. Algunas fuentes han planteado una solución de compromiso en la que los tipos se mantendrían sin cambios en octubre, pero dando una clara pista de que es probable que se recorten en diciembre si los datos no mejoran, pero esto contradiría el enfoque del BCE de "reunión a reunión". Faltando todavía tres semanas para la decisión del 17 de octubre y con datos importantes, como la inflación de septiembre que se publicará la próxima semana, la decisión sigue abierta y algunos miembros indecisos aún no se han decidido.