Las turbulencias en los mercados financieros y la preocupación por la desaceleración de la economía China y otros países emergentes provocarán que el BCE revise la política monetaria en su próxima reunión del 10 marzo. El presidente del BCE señaló “los riesgos a la baja se han incrementado de nuevo, en medio de una incertidumbre reforzada sobre las perspectivas de crecimiento de las economías de los mercados emergentes, volatilidad en los mercados financieros y de materias primas y los riesgos geopolíticos. Por lo tanto será necesario revisar y posiblemente reconsiderar nuestra política en la próxima reunión". El BCE ha optado por no actuar en esta reunión, esperar a tener datos más actualizados y anticipar al mercado nuevas actuaciones. La realidad es que desde que el BCE comenzó con el programa QE el año pasado, la inflación no ha subido y las perspectivas son de nuevos descensos en los precios. La caída del precio del crudo y de las bolsas mundiales podrían llevar al BCE a revisar a la baja las expectativas de inflación, lo que por sí mismo justificaría la activación de nuevas medidas de carácter monetario. Entre las alternativas cabe esperar que aumente la cuantía de las compras mensuales de activos, medida que el mercado ya esperaba en diciembre. En las próximas semanas seguramente tendremos nuevamente declaraciones de los responsables del BCE que permitan anticipar por donde pueden ir orientadas las medidas.