El Gobernador del Banco Central de Finlandia y miembro del Consejo de Gobierno del BCE, dejaba ayer abierta la posibilidad de que el BCE pueda tener que extender el programa de compra de activos, citando los riesgos políticos como un problema potencial para la recuperación económica, y que debe de ser seguido atentamente. Señaló que “la política monetaria depende y será dependiente de los datos” y agregó: "ya veremos", cuando se le preguntó acerca de una posible extensión del programa de compras de activos. Su postura la argumentó en que la inflación subyacente podría permanecer por debajo de lo previsto incluso con un crecimiento económico robusto, de modo que el BCE debería de tener paciencia a la hora de reducir sus estímulos. Los miembros del BCE están centrados en el proceso de poner fin al programa de compras de activos, incluso si la inflación permanece por debajo de su objetivo cercano al 2%. Los debates internos se centran cada vez más en cual puede ser la velocidad de ajuste de la política monetaria hacia su normalización. El consejero del BCE dijo además en la entrevista a la CNBC que los mercados no deberían esperar "pronto" cambios en la comunicación del BCE sobre los tipos de interés a futuro, y dijo que la reunión de junio será "importante", dado que el banco tendrá nuevos pronósticos macroeconómicos y habrá más claridad sobre ciertos asuntos políticos.