El BCE comienza con su reunión de hoy una nueva etapa en la que incorporará a su política la nueva estrategia de la entidad aprobada hace apenas dos semanas. En la nueva estrategia el BCE cambió su objetivo de inflación al 2% desde "por debajo pero cerca del 2%" y aceptó que la tasa de inflación podría desviarse temporalmente por encima o por debajo del 2%. En junio el IPC en tasa interanual se situó en la eurozona en el 1,9% una décima menos que el dato de mayo.
Las previsiones de inflación del BCE para 2023 son del 1,4% -incluso después de que el plan de compra de bonos (PEPP) pandémico de 1,85 billones de euros expire el próximo mes de marzo-, quedando lejos del 2%. En la nueva estrategia el BCE ha formalizado la compra de bonos como una de sus principales herramientas para modular la política monetaria y alcanzar sus objetivos.
A pesar de las críticas al QE, el BCE concluyó en un documento de trabajo publicado el mes pasado que la inflación en la zona euro habría sido 0,75 puntos porcentuales inferior al 1,3% registrado en 2019 si las herramientas de compras de activos no se hubieran adoptado en los últimos 6 años.
En el entorno actual, con un resurgimiento de la pandemia en gran parte de Europa, probablemente la presidenta del BCE reiterará el compromiso de seguir manteniendo una política monetaria expansiva, aunque es probable que en el seno del BCE se mantengan posiciones críticas, por lo que la política de comunicación pasará a tener, si cabe, una mayor importancia.