Ayer se producían los primeros comentarios de un miembro de la Reserva Federal después que la semana pasada la institución aumentase el tipo de interés de referencia. El presidente de la Fed de Nueva York, estrecho aliado de Yellen, apuntaba que aunque la inflación en EE.UU. es débil debería acelerarse junto al aumento de los salarios, unas palabras que refuerzan la idea de que es improbable que los recientes débiles datos económicos pongan fin al camino de la Fed para seguir subiendo los tipos de interés. “Estamos muy cerca del pleno empleo. La inflación está un poco más baja de lo que nos gustaría, pero creemos que si las condiciones del mercado laboral siguen ajustándose, los salarios se incrementarán gradualmente y, con eso, la inflación volverá gradualmente al 2%”, apuntó el funcionario. Y si en la Fed no parece que vaya a haber un cambio en la orientación de la política monetaria, el FMI aconseja lo mismo al Banco de Japón. Ayer su subdirector gerente señalaba que Japón debe evitar retirar los estímulos fiscales y que la política monetaria debería flexibilizarse aún más en el futuro si se materializan los riesgos para la economía, alertando de que el débil consumo aún sigue siendo vulnerable a efectos externos. Mientras tanto, el secretario británico del Brexit, llegaba ayer a Bruselas para iniciar unas negociaciones que, según dijo, derivarán en un vínculo “nuevo, profundo y especial” con la UE, en beneficio de los ciudadanos de Reino Unido y de todo el bloque.