Al mismo tiempo que en China preocupa el nivel de deuda, el gobierno aumenta su respaldo a una economía que se está desacelerando. Los nuevos créditos bancarios tocaron su nivel máximo en enero pese al incremento de los préstamos incobrables y un récord de impagos en 2018. Ayer, el regulador de bancos y seguros del país dijo que China cumplió con su objetivo de reducir los niveles de deuda, pero seguirá combatiendo los tipos de financiación de mayor riesgo, al tiempo que instruye a todos los prestamistas del país a elevar fuertemente el crédito a las firmas privadas, dentro de las medidas de Pekín por apuntalar una economía en desaceleración. Los grandes bancos estatales comerciales deberán incrementar los créditos en circulación a empresas de menor tamaño en más de un 30% este año, dijo la Comisión Reguladora Bancaria en un comunicado. El sector privado representa más de la mitad del crecimiento económico de China y la mayor parte de sus nuevos empleos. Pero las empresas asumen costes más altos por el crédito y más exigencias para conseguir financiación debido a una mayor regulación financiera. Además, los bancos chinos consideran que las empresas de menor tamaño conllevan más riesgos crediticios y prefieren dar préstamos a empresas estatales. China nunca ha revelado un objetivo específico de contención de deuda y no publica estadísticas sobre la misma. Según el regulador, el nivel de apalancamiento en la economía se estabilizó en 2018, cumpliendo el objetivo, tras crecer de media más del 10% anual. "Nuestro nivel de apalancamiento es básicamente estable. Este es un logro maravilloso”, declaró uno de los vicepresidentes de la comisión reguladora.