La secretaria del Tesoro de Estados Unidos está utilizando la influencia del Washington para presionar por una tasa impositiva global mínima para las corporaciones, lo que posiblemente despejaría el camino para actualizar un acuerdo internacional sobre normas tributarias por primera vez en una generación. Las negociaciones a nivel del G20 están orientadas hacia la implantación de esa tasa impositiva corporativa mínima global y nuevas reglas para gravar el comercio transfronterizo con el objetivo de disuadir a las grandes multinacionales de registrar ganancias en países con impuestos bajos como Irlanda, independientemente de dónde se obtengan sus ingresos.
La semana pasada Alemania y Francia apoyaban el compromiso de Janet Yellen de trabajar en esta tasa impositiva corporativa mínima global, y agregaron que ahora es posible un acuerdo entre más de 140 países. El objetivo es que este acuerdo se alcance a mediados de este año.
El gobierno del presidente Biden quiere aumentar la tasa de impuestos corporativos de Estados Unidos al 28%, por lo que ha propuesto un mínimo global del 21%. La Tax Foundation, con sede en Washington, considera que la tasa mínima del 21% será demasiado alta para lograr un acuerdo, ya sea en un contexto puramente legislativo de Estados Unidos o a nivel de OCDE/G20, y apuesta por una tasa mínima más cercana al 15%, entre la actual tasa irlandesa del 12,5% y el 21% propuesto por Estados Unidos. El impuesto corporativo promedio de los 37 países de la OCDE es del 23%.