Cuando faltan poco más de tres semanas para que Reino Unido salga de la UE, el primer ministro británico se reunirá con la presidenta de la Comisión Europea en los próximos días. El tono de ambas partes sigue siendo duro.
Johnson ha descrito la situación como "muy difícil" y el negociador de la UE dijo que el bloque estaba totalmente unido y que "nunca sacrificaría nuestro futuro por el presente". No obstante, aunque Reino Unido ha reiterado sus "líneas rojas" en las conversaciones, al igual que Francia, que ha adoptado una posición particularmente dura entre los miembros de la UE, Londres y Bruselas alcanzaban ayer un pacto sobre la implementación del Protocolo de Irlanda del Norte del acuerdo de retirada.
Una buena señal en una semana crítica para las negociaciones del Brexit. Desde que Reino Unido abandonó la UE en enero, las conversaciones entre las dos partes han mostrado pocos avances, lo que plantea la posibilidad de lo que muchas empresas describen como un escenario de pesadilla: que no haya un acuerdo para gestionar el billón de dólares en comercio anual entre las partes. Por otro lado, el enorme sector financiero de Reino Unido dejará de contar con la misma facilidad de acceso a la UE con el que contaba cuando el país era miembro del bloque.
La responsable de servicios financieros de la UE advertía ayer que el Brexit hace "aún más urgente" que la UE desarrolle su propio mercado de capitales para reducir la dependencia de la City de Londres, el mayor centro financiero de Europa. "¿Complementariedad con la City de Londres? Por supuesto. ¿Dependencia? No."