La imposición de aranceles por parte de EE.UU. sigue dando que hablar. En su informe mensual, el Ministerio de Economía de Alemania señalaba ayer que la imposición de aranceles a las importaciones de EE.UU. debería tener un efecto limitado en la recuperación global, pero cualquier escalada a una guerra comercial y la incertidumbre sobre el crecimiento derivada de ello podrían provocar un daño concreto. "El repunte económico alemán continúa a comienzos de 2018. El ambiente económico global aún es favorable…Sin embargo, la política comercial de Estados Unidos está creando una sensación de incertidumbre", afirmó el ministerio. También, el presidente de Brasil declaró ayer que su país responderá con calma al anuncio de EE.UU. de imponer aranceles al acero y el aluminio, para evitar que la relación con su segundo mayor socio comercial se dañe, pero si las conversaciones fallan, Brasil no dudará en elevar una queja a la Organización Mundial de Comercio. Llama la atención que el nuevo asesor económico de Trump, hace dos semanas se opuso a este plan arancelario. En un comunicado de prensa de la CNBC el 3 de marzo, al comentar que las compañías y consumidores que usan acero y aluminio en los EE.UU. sufrirían, dijo: "El aumento en los impuestos de aduana en realidad aumenta las tasas impositivas". Hace unos meses dijo que si se introducían impuestos de aduana a estos metales, cinco millones de personas estarían en riesgo en los EE.UU. El nuevo asesor económico también considera que un dólar fuerte y estable es importante para la salud económica de EE.UU. y que no tenía motivos para creer que Trump no esté de acuerdo con eso.