En Estados Unidos, el índice de precios al consumidor cayó un 0,1% en junio, la primera caída desde mayo de 2020 después de permanecer sin cambios en mayo.
El IPC se vio afectado por una caída del 3,8% en los precios de la gasolina, tras una caída del 3,6% en mayo. Los costos de vivienda, que incluyen los alquileres, aumentaron un moderado 0,2% después de avanzar un 0,4% en mayo.
En los 12 meses hasta junio, el IPC se situó en el 3,0%, el nivel más bajo desde junio de 2023, y tras haberse situado en el 3,3% en mayo. Las previsiones apuntaban a que el IPC aumentaría un 0,1% mensual y un 3,1% interanual. El IPC subyacente subió un 3,3% anual, menos que el 3,4% esperado. El aumento anual de los precios al consumidor se ha desacelerado desde un máximo de 9,1% en junio de 2022. Esta moderación es una señal alentadora para la Reserva Federal mientras debate la rapidez con la que recortar las tasas desde su máximo de 23 años.
Su presidente, reconoció esta semana en el Congreso la mejora de la tendencia en las presiones sobre los precios, pero dijo a los legisladores que aún no estaba listo para declarar que la inflación había sido superada y que "más datos buenos" fortalecerían los argumentos a favor de los recortes de tipos. Los de ayer, y el cambio sutil hacia un enfoque más equilibrado en la desaceleración del crecimiento del empleo por parte de la FED, refuerzan las posibilidades de un recorte de tipos en septiembre.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a dos años, que siguen las expectativas de los tipos de interés y se mueven de forma inversa a los precios, bajaron ayer 0,13 puntos porcentuales hasta un mínimo de cuatro meses del 4,49%.