Hoy el BCE celebra su reunión periódica en la que la mayoría de las expectativas apuntan a que no habrá una bajada de tipos de interés de referencia, que están en el 0% desde marzo de 2016. El BCE también estudiará si reduce el tipo de interés de depósito que aplica a los bancos por el exceso de reservas a un día, que está en -0,40 % desde marzo de 2016, o si opta por esperar a septiembre. El BCE considera que los datos económicos del primer trimestre han sido mejores de lo esperado, en parte por factores temporales, pero el débil comercio mundial y las incertidumbres siguen lastrando el crecimiento de la zona del euro.
A diferencia de otros bancos centrales que subieron los tipos de interés hace meses y tenían más margen de maniobra para actuar, el BCE se encuentra en una situación más complicada porque no lo ha hecho desde julio 2011, cuando incrementó los tipos de interés en 25 puntos básicos hasta el 0,75%, aunque en noviembre de ese mismo año los volvió a bajar hasta el 0,50%. El Consejo de Gobierno del BCE también podría discutir si su objetivo de inflación, que se sitúa algo por debajo del 2%, necesita más flexibilidad y si es adecuado.
La reunión del BCE se celebra después de que ayer se conociesen los datos de PMI que muestran que la actividad empresarial de la zona euro fue más débil de lo esperado en julio, obstaculizado por una contracción cada vez mayor del sector manufacturero.