El presidente de Estados Unidos ha vuelto a acusar a China y Europa de jugar “un gran juego de manipulación de monedas” y sugirió que Estados Unidos debería de responder de igual forma, una medida que contradice directamente la política oficial norteamericana de no manipular el valor del dólar para ganar ventajas comerciales.
El Departamento del Tesoro concluyó en mayo que ningún país satisfacía el criterio para ser calificado de manipulador de moneda, aunque el reporte puso a China y otros 8 países en una lista de vigilancia. Por otro lado, en su intención de influir lo máximo posible en la Reserva Federal, el presidente norteamericano propuso a dos candidatos para ocupar vacantes en la junta de gobernadores, que se han mostrado a favor de una política monetaria más flexible.
En los mercados el nombramiento de la próxima presidenta del BCE ha sido interpretado como de continuismo, ya que tiene experiencia para luchar contra la crisis y es considerada como una seguidora de los principios del actual presidente, por lo que cabe esperar que mantenga una política flexible incluyendo bajada de tipos de interés y la puesta en marcha de un nuevo programa de flexibilizacion cuantitativa, lo que ha sido celebrado tanto por los mercados de renta fija como de renta variable, y sin apenas efecto sobre el euro.