La canciller alemana dijo ayer en una conferencia en Tokio que “todavía hay tiempo para encontrar una solución al estancamiento en el que se encuentra el proceso de salida del Reino Unido de la UE”. La canciller reconoció que el reducido plazo, 51 días, complicaba la situación de las empresas, y que el problema "especial" era la frontera irlandesa y el acuerdo de la denominada "salvaguarda" o "backstop", una red de seguridad para evitar la restauración de una frontera rígida entre la República de Irlanda, país miembro de la UE, e Irlanda del Norte, territorio británico. "Todas las partes deberían aprovechar este tiempo. Pero para eso sería muy importante saber qué es exactamente lo que el lado británico prevé en términos de su relación con la UE". La primera ministra británica viajará a Bruselas mañana para decirles a los líderes de la Unión Europea que deben aceptar cambios legalmente vinculantes a los acuerdos sobre la frontera irlandesa presentes en el pacto de salida o enfrentarán la posibilidad de un Brexit desordenado. Londres y Bruselas aún discuten si se puede modificar el acuerdo alcanzado en noviembre, y que fue rechazado por el Parlamento británico, lo que aumenta la posibilidad de un retraso del Brexit, un acuerdo de última hora o una salida que no sea pactada. El presidente de la Comisión Europea recibirá a la primera ministra británica mañana, y la portavoz de la UE dijo "estamos esperando una vez más para escuchar lo que la primera ministra tiene que decirnos".