La presidenta del BCE compareció ayer ante el Parlamento Europeo y señaló que la recuperación económica observada en el tercer trimestre es “incompleta, incierta y desigual”. Dijo que las políticas fiscales de protección al empleo y de créditos con aval público son determinantes para reducir la incertidumbre y suavizar el impacto de la pandemia. Además defendió las medidas adoptadas hasta ahora por el BCE y el posicionamiento de “esperar y ver”.
Sin embargo, la nueva ola de infecciones obliga al BCE a contemplar la posibilidad de un estímulo fiscal aún mayor, generando nuevamente tensiones en el seno del Consejo de Gobierno. Por un lado los llamados “halcones” liderados por Alemania, partidarios de una política monetaria más conservadora, argumentan que el BCE está minimizando algunas buenas noticias, como los indicadores económicos registrados durante el verano que fueron mejores de lo esperado. Por el otro, las “palomas”, partidarios de una mayor flexibilización monetaria, que advierten de los crecientes riesgos para el crecimiento y de los efectos de la apreciación del euro frente al dólar, siendo algunos de ellos partidarios de aumentar la cuota de compra de bonos de emergencia a 2 billones de euros desde los actuales 1,35 billones de euros.
Hoy comienza una nueva ronda de negociación entre Reino Unido y la UE en una semana calificada como crítica, y aunque ambos señalan que se debe llegar a un acuerdo, las posturas siguen muy distanciadas.