La compra de bonos de gobierno por parte del BCE está provocando desajustes en los mercados. Los banqueros europeos están pidiendo que el BCE, y en particular el Bundesbank, preste más bonos para evitar una sequía que les costaría caro e incluso podría llevar a algunos a la quiebra.
Los bonos de Alemania son fundamentales en los mercados financieros europeos y la garantía más codiciada para garantizar las operaciones en las cámaras de compensación. Actualmente no hay suficientes bonos para satisfacer la demanda.
Esto se debe a que el BCE, principalmente a través del Bundesbank de Alemania, ha acumulado casi un tercio de la deuda pública alemana en un esfuerzo por apoyar la economía de la zona euro desde 2015 y, con mayor intensidad, durante la pandemia de COVID.
Habiendo agotado los mercados con sus programas de compra de deuda, el BCE ha dejado menos bonos en el balance de los operadores para ser tomados en préstamo en el mercado de repos. Los inversores están pagando actualmente un 0,99% para pedir prestados bonos alemanes contra efectivo durante dos meses, cuando hace dos meses pagaban un 0,6%. El BCE con la escasez de bonos alemanes disponibles, corre el riesgo de que los mercados de financiación se paralicen, encareciendo el crédito y yendo en contra del espíritu de la política de dinero fácil del banco central.