Las preocupaciones sobre las perspectivas de las sanciones sobre los suministros de energía rusos han provocado una gran volatilidad en los mercados y una fuerte subida de los precios de las materias primas, tanto energéticas como metales, por las potenciales consecuencias económicas que pueden repercutir en la inflación y el crecimiento económico, especialmente el de los países europeos. En este entorno bélico y de tensiones en los precios, el comité de política monetaria del BCE celebra el jueves su reunión.
Tras el fin de la pandemia los bancos centrales se encaminaban a una normalización de sus políticas monetarias, pero la guerra en Ucrania pone al BCE en una encrucijada a la hora de tomar medidas para controlar la inflación, que en el mes de febrero en la Eurozona alcanzó el 5,8%, siete décimas más que en enero, y apuntalar el crecimiento. El Bundesbank de Alemania, la principal economía de la zona euro, señaló en el boletín mensual publicado hace dos semanas que era probable que la actividad económica volviese a disminuir entre los meses de enero y marzo como consecuencia del impacto de la variante ómicron.
En el último trimestre de 2021 la economía alemana se contrajo un 0,7%, y de confirmarse las previsiones del Bundesbank, Alemania entraría en recesión al encadenar dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo. El BCE en la reunión del jueves incluirá una revisión del cuadro económico de Europa que podría dar una mejor idea del impacto que tendrá la situación actual, aunque dependerá de la evolución de la guerra en Ucrania.