Alemania crece la tensión política entre los dos partidos de la gran coalición formada por el partido Unión Demócrata Cristiano (CDU) liderado por la actual Canciller y el Partido Socialista (SPD). El sábado las bases del SPD eligieron a los nuevos líderes. Los dos elegidos se muestran contrarios a la gran coalición y contrarios a la política de “déficit cero” que impera en los presupuestos alemanes.
Está previsto que el SPD reclame medidas ambientales y un gran paquete de gasto público en materia social, en escuelas y en infraestructuras. En una entrevista el domingo por la noche, uno de los dos líderes del SPD estimó que harían falta unos 45.000 millones de euros al año en inversiones públicas.
La Canciller dijo ayer a través de su portavoz, que estaba dispuesta a debatir y cooperar en esta nueva fase “como es habitual en la coalición”, pero descartó cualquier renegociación general del acuerdo. Por ahora la CDU está a la espera de que el SPD decida su futuro en el congreso del próximo viernes.
A pesar de la tensión, a priori, parece que ninguno de los dos partidos quiere un adelanto electoral y ambos optarán por agotar la legislatura hasta las elecciones federales de octubre de 2021, a las que no se presentará Merkel, y mantener la estabilidad de cara a la presidencia alemana de la UE en el segundo semestre de 2021.