Afecta a los mercados una especie de trastorno ciclotímico en el que se pasa del optimismo al pesimismo en horas, cambios que se argumentan en factores que acaban siendo tan efímeros como el tiempo que transcurre hasta el siguiente titular que genere un sobresalto. Detuvieron el sábado en Canadá a la CFO de Huawei y los EE.UU. piden ahora su extradición acusada de vender tecnología norteamericana a Irán. Por algún motivo no ha sido hasta ayer cuando los mercados se vieron sacudidos por la noticia y los titulares se llenaron de términos alarmantes. Claro que a las puertas del cierre del año la sensibilidad es siempre mayor y en particular sobre aquellos índices que como el S&P 500 luchaban por acabar el año por encima de por donde lo inició. Quedan apenas 15 sesiones y aunque esto del año natural tiene una importancia relativa para el curso de los mercados, la tiene mayor para los gestores que ven peligrar su remuneración sin tiempo para recuperarse y acentúan su comportamiento ciclotímico. Tal y como caen este año las fiestas de Navidad y Año Nuevo, los comportamientos pre cierre se adelantan y las ya de por si turbulentas sesiones de las últimas dos semanas de diciembre, tienen pinta de adelantarse este. Hoy se publica el informe de empleo norteamericano. Si la fuerte creación de empleo continua, a algunos no les va a gustar, y pasaremos a esa fase donde no se sabe a ciencia cierta lo que más conviene al ánimo del mercado. Síntoma del trastorno.