Ayer, el presidente de la Reserva Federal justificó la “paciente” política monetaria de la institución. En su testimonio ante el comité Bancario del Senado, declaró que el aumento de los riesgos y la debilidad mostrada por recientes datos económicos no deberían impedir un crecimiento sólido de la economía estadounidense este año, pero la Reserva Federal seguirá "paciente" a la hora de decidir nuevas subidas de tipos de interés. Reafirmó el cambio de política efectuado por el banco central en enero, citando "señales conflictivas y a contracorriente" que debilitaron la opción de nuevas subidas de tipos e hicieron más incierto un panorama positivo. "Algunos datos se han debilitado pero aún apuntan a ganancias en el gasto este trimestre", afirmó Powell, resaltando el conjunto de información a veces contradictorio al que tuvo que enfrentarse a finales de año. Entre esta información señaló una liquidación de los mercados mundiales, temores sobre una ampliación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, una desaceleración del crecimiento entre los principales socios comerciales estadounidenses y temores de que la propia Fed subiera los tipos de interés de manera más agresiva de lo que las condiciones justificaban. Sobre la reciente paralización del Gobierno que duró 35 días, el presidente de la Fed espera que haya tenido un impacto "muy modesto" en la actividad en general, y que "en gran medida se va a deshacer" en las próximas semanas cuando los trabajadores reciban los pagos atrasados.