La noticia de los últimos días de que dos vacunas contra el coronavirus demostraron una alta eficacia en las pruebas de última fase ha alimentado el apetito por el riesgo, haciendo que el rendimiento de los bonos del Tesoro de EEUU alcanzase sus niveles más altos desde marzo. El rendimiento a 10 años estaba en el 0,911% el lunes, después de que Moderna anunciara resultados prometedores de sus ensayos de vacunas.
La semana pasada alcanzó un máximo de 0,975% después de que Pfizer anunciara resultados similares para su vacuna. Este aumento de los rendimientos es un posible problema para la Reserva Federal. El aumento del coste de los préstamos a empresas y familias puede amenazar el crecimiento económico. Ante ello, en el mercado se está sopesando la posibilidad de que la Reserva Federal aumente sus compras de deuda pública en las próximas semanas, una intervención que podría revertir el reciente aumento de los rendimientos del Tesoro.
Las expectativas de mayores compras aumentarían si el rendimiento supera el 1%, planteándose incluso la posibilidad de que pudiera hacerlo antes de la reunión de diciembre. Además, el aumento de los casos de coronavirus puede amenazar la frágil recuperación económica del país, en un momento en que es probable que el nuevo paquete de estímulos fiscales se retrase.
Ayer, un decepcionante dato de ventas minoristas en octubre fue la primera señal de que el cuarto trimestre será débil y pone de manifiesto la disminución de los ingresos familiares a medida que millones de desempleados pierden el apoyo financiero del gobierno.