El paquete de ayuda de la Casa Blanca por 1,9 billones de dólares, el impulso de la actividad económica por la postura de política monetaria ultralaxa de la Fed y la expansión del programa de vacunación contra el COVID-19 a todos los estadounidenses adultos han provocado un auge en la demanda que está poniendo en evidencia las limitaciones en el suministro. Los fabricantes estadounidenses carecen de la capacidad para satisfacer este aumento y los inventarios son muy reducidos, lo que obliga a las empresas a importar más bienes. Lo pone de manifiesto el hecho de que el déficit comercial de Estados Unidos alcanzó un máximo histórico en marzo y podría aumentar a medida que la actividad económica de Estados Unidos se recupera más rápido que otros países.
El déficit comercial aumentó un 5,6%, a un máximo histórico de 74.400 millones de dólares. Las importaciones se dispararon un 6,3%, a un récord de 274.500 millones de dólares. Las importaciones de bienes aumentaron un 7%, también a un máximo récord. Las exportaciones aumentaron un 6,6%, a 200.000 millones de dólares. Pese al mayor déficit comercial, la economía creció a una tasa anualizada del 6,4% en el primer trimestre, el segundo ritmo de crecimiento del PIB más acelerado desde el tercer trimestre de 2003, impulsado por la demanda interna. En el cuarto trimestre de 2020, el ritmo de crecimiento fue del 4,3%.