El colapso del petróleo está teniendo un efecto arrastre en el resto de los mercados. Ayer, los rendimientos de la deuda gubernamental estadounidense caían de forma significativa. El rendimiento del bono a 10 años retrocedía 8 pb y el de la deuda a 5 años se hundía, llegando a situarse en 0,301%, un nuevo mínimo récord.
Los inversores siguen buscando seguridad en un mundo en el que ahora el petróleo, que siempre ha sido como un moneda controlada por los países productores, no tiene valor. Circulan muchos menos petrodólares en el sistema, aumentando la inquietud por la recesión y la inestabilidad política. Mientras, en los distintos países, además de continuar discutiendo como canalizar paquetes de estímulo económico –mañana habrá nueva cumbre de la UE con pocas perspectivas de que se llegue a un acuerdo final sobre como ayudar a las economías del bloque- también se discute como ir levantando el confinamiento.
Esta semana, la Reserva Federal de Mineápolis publicaba una investigación bajo el título “Health versus Wealth”, en la que establecía el “valor de una vida estadística” en 11,5 millones de dólares, en línea con otras agencias federales. La cifra le sirve para analizar las compensaciones entre mantener a más trabajadores inactivos y rebajar el distanciamiento social.
Concluye que, las restricciones actuales están traspasando los beneficios de los trabajadores más jóvenes, que estarían mejor con reglas más flexibles, a personas mayores, para quienes la protección contra el coronavirus es más vital. Un término medio, con restricciones más modestas hasta finales de julio, produce el "óptimo" resultado.