La rentabilidad del bono alemán a 10 años se sitúa en niveles del 0,85% corrigiendo ligeramente después de alcanzar el martes su nivel más alto desde julio de 2015 en 0,96% que no se registraban desde julio de 2015, cuando a principios de marzo la rentabilidad era negativa, de un -0,10%.
Aunque no hay un calendario firme, el BCE tiene previsto dejar de comprar bonos en el tercer trimestre, y algunos estiman que podría ser en el mes de julio. La semana pasada el BCE evitó cualquier compromiso más allá del final de la compra de bonos y mantuvo abiertas sus opciones sobre cuándo podría comenzar a subir los tipos de interés. Ayer un miembro del Consejo de Gobierno del BCE dijo que los tipos en la zona euro podrían subir en julio para hacer frente al repunte de la inflación que en marzo se situó en el 7,5%. Las presiones para una subida de tipos de interés son cada vez mayores por parte de países como Alemania donde los precios industriales subieron en marzo un 30,9% reflejando por primera vez los efectos de la guerra en Ucrania. Sin embargo, existe la preocupación por si se acentúa una desaceleración de la actividad económica, lo que podría llevar al BCE a retrasar una subida de los tipos de interés.
Por otra parte, a corto plazo la atención sigue estando en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Francia. El diferencial de la deuda entre Francia y Alemania se mantiene en los 47 puntos, mientras que varias encuestas dan al actual presidente como vencedor.