Noruega celebró ayer elecciones parlamentarias en las que los resultados provisionales suponen el fin de ocho años de Gobierno de centroderecha, confirmando lo anticipado por las encuestas con la victoria del partido Laborista que junto con otros partidos de centroizquierda habrían obtenido la mayoría con 88 escaños de los 169 del Parlamento unicameral de Noruega.
El petróleo, que representa el 14% del PIB, más del 40% de las exportaciones y 160.000 empleos directos, ha estado en el centro de la campaña ya que el partido ecologista MDG pide el cese inmediato de todas las prospecciones y poner fin a las explotaciones petrolíferas en 2035. Tras la “alerta roja para la humanidad” emitida a principios de agosto por expertos mundiales en clima de la ONU, el calentamiento global ha sido el centro de la campaña electoral. El partido Laborista noruego, al igual que los conservadores, descarta renunciar a los beneficios del petróleo y abogan por una retirada gradual. El petróleo ha permitido a Noruega, con 5,4 millones de habitantes, disponer del mayor fondo soberano del mundo con 1,2 billones de euros en activos. El debate está abierto, y el efecto sobre el país, la corona noruega y el precio del crudo, todavía está por determinar.
Otro país europeo que en breve celebra elecciones parlamentarias es Alemania. El día 26 de septiembre se elegirán 709 diputados del Parlamento, que a su vez elegirán Canciller para el periodo 2021-2025. Las encuestas dan ventaja al partido Socialdemócrata SPD sobre la CDU/CSU de la actual Canciller.