Esta madrugada el presidente de Estados Unidos pronunció ante el Congreso el discurso del Estado de la Unión en el que destacó los avances económicos del último año y los beneficios del que fue su primer gran triunfo legislativo, la reforma tributaria aprobada en diciembre. El discurso se produce en un momento en el que republicanos y demócratas están divididos sobre la inmigración y con un nuevo plazo, el 8 de febrero, para tratar de lograr un acuerdo al respecto y aprobar un nuevo presupuesto para evitar un segundo cierre del gobierno. En el discurso anticipó que promoverá otro de sus compromisos de campaña, el plan de infraestructuras por un montante de 1,5 billones de dólares, pero del que no ha dado detalles. Mientras, también en Washington, la Reserva Federal comenzaba ayer su reunión de dos días, la última presidida por la actual presidenta. No se esperan cambios en los tipos de interés pero el mercado estará pendiente del comunicado y la rueda de prensa para analizar si hay posibilidades de que la Fed pueda realizar este año un ajuste monetario mayor del indicado hasta la fecha, y que finalmente termine subiendo los tipos una vez más de lo anticipado, es decir cuatro veces este año en vez de tres, pero esto ya tendrá que ser una tarea del próximo presidente que tomará posesión del cargo el día 3 de febrero y en sus decisiones tendrá que incorporar además de los datos económicos, lo anticipado por el presidente en su discurso de esta madrugada con respecto al aumento del gasto público por el plan de infraestructuras.