Mañana el Banco de Inglaterra celebra su reunión periódica para la que la gran mayoría del mercado estima que mantendrá los tipos de interés invariados en el 0,5%. El mes pasado el Gobernador del BoE moderó las expectativas de una subida de tipos en la reunión de mayo, aunque advirtió de que el Reino Unido debe prepararse “para algunas subidas” en los próximos años. Desde entonces, casi todos los indicadores económicos han estado por debajo de lo previsto. El PIB creció en el primer trimestre un 0,1% frente al 0,4% del trimestre anterior. El índice actividad del sector servicios se situó en abril en el nivel más bajo desde justo después del referéndum del Brexit en junio de 2016. Con respecto a los salarios, el Gobernador del BoE dijo en febrero que era un punto importante que el crecimiento salarial anualizado se hubiese situado por encima del 3%, y en abril, el crecimiento se ha situado por debajo del 1%. En el primer trimestre la inflación se redujo al 2,7%, por debajo de las previsiones del BoE del 2,9%, mostrando una menor demanda interna, aunque a pesar de ello, sigue por encima del objetivo del 2%. De otros indicadores de corto plazo, que excluyen el mercado inmobiliario, el comercio, las finanzas públicas, los precios de producción y el desempleo, también fueron más débiles de lo previsto y en abril, 22 de estos 24 indicadores se situaron por debajo de las estimaciones. En resumen, la incertidumbre sobre el Brexit y la desaceleración de la zona euro, está teniendo su reflejo en la economía británica y en este entorno parece difícil que le BoE pueda tener margen para la esperada subida de tipos en el corto y medio plazo.