Reducir la inflación es ahora el objetivo prioritario de los responsables de los principales bancos centrales. La inflación está superando máximos de varias décadas en todo el mundo a medida que los precios de la energía se disparan, por los cuellos de botella en las cadenas de suministro, y en algunos casos por las tensiones que se están registrando en los mercados laborales con un aumento de los costes que hace difícil frenar la espiral de precios. La principal herramienta que tiene los bancos centrales es aplicar medidas de restricción monetaria, con el riesgo que esto puede suponer sobre el crecimiento económico.
El gerente del Banco de Pagos Internacionales, conocido como el “banco de los bancos centrales” con sede en Basilea, dijo en Sintra que los responsables de formular las políticas monetarias habían dado el primer paso al reconocer que tenían un problema, y que ahora su trabajo consistía en endurecer la política a medida que aumentaban los riesgos.
De las principales economías mundiales, China, con una inflación bajo control en el 2,1%, está centrado sus acciones en el crecimiento. Ayer el Banco Central de China dijo que intensificará la aplicación de políticas monetarias prudentes en un intento por estimular la economía. En el comunicado posterior a su reunión trimestral, describió la situación global actual con un crecimiento que se está desacelerando, la inflación se mantiene en un nivel elevado, los conflictos geopolíticos continúan y el entorno exterior es cada vez más complejo y severo.