El BCE publicaba ayer el resultado del último test de resistencia que ha realizado este año a los 125 bancos más significativos de la zona euro que supervisa directamente. El principal resultado es que los bancos de la zona euro están bien preparados para fuertes cambios de los tipos de interés tras simular escenarios que van desde un repentino endurecimiento de la política monetaria hasta una congelación del crédito como la que se produjo tras la caída de Lehman Brothers. El BCE señala que unos tipos de interés más altos crearían ingresos por intereses netos más elevados los próximos tres años en la mayoría de los bancos, pero reducirían el valor económico del capital. Una subida de los tipos de interés de 200 puntos básicos incrementaría los ingresos netos por intereses en un 4,1% en 2017 y en un 10,5% en 2019, pero reduciría el valor económico del capital en un 2,7%. En caso de que los tipos de interés se mantengan en el nivel de finales de 2016 y no crezca el crédito, los ingresos netos por intereses caerían un 7,5%. Los supervisores van a hablar con cada banco de los resultados de esta prueba, que da al BCE información de cómo afectarían cambios en los tipos de interés a los balances de los bancos, basándose en las cifras de finales de 2016. Mientras tanto, la institución europea monitoriza desde hace días los flujos de depósitos en las entidades más expuestas en Cataluña, exigiéndoles un reporte dos veces al día. En concreto, al menos Caixabank, Sabadell y BBVA están informando de las entradas y salidas de dinero a las 12 horas y al cierre de la jornada, a las 18 horas. Eso se suma a la monitorización del Banco de España, al que las entidades también han entregado estos días sus planes de contingencia de liquidez actualizados.