La incertidumbre por el proceso del Brexit, y con la excepción de la depreciación de la libra tras el referéndum hace un año, no había tenido un efecto significativo sobre los mercados, aunque algunos indicadores económicos ya están reflejando un debilitamiento de la economía británica. Ayer el vicegobernador del Banco de Inglaterra dijo, en un discurso sobre los beneficios de la globalización, que una reducción del comercio entre Gran Bretaña y la Unión Europea perjudicaría a ambas economías y provocaría alzas de precios. Además señaló que Gran Bretaña vería dañada la ventaja competitiva británica en sectores como los servicios financieros y empresariales. Estas declaraciones coinciden con la publicación ayer del índice de expectativas de los bancos británicos. El estudio realizado a 94 firmas de servicios financieros refleja que la confianza empresarial se está deteriorando, siendo los bancos y las aseguradoras de vida las que están mostrando un mayor deterioro. El índice de confianza del sector de los servicios financieros, que supone la mayor fuente de ingresos tributarios de Reino Unido, ha descendido en cinco de los últimos seis trimestres. Reino Unido tendrá nuevos términos comerciales con la Unión Europea y es improbable que los bancos mantengan su acceso para vender sus servicios y atender a sus clientes en la UE. Los principales bancos globales en Londres planean trasladar miles de empleos al continente en los dos próximos años.