Aunque bajo la advertencia de que las condiciones financieras siguen siendo muy inciertas, la directora gerente del FMI, anticipándose a la publicación la próxima semana de su informe sobre las Perspectivas de la Economía Mundial, anunció ayer que la institución elevará sus previsiones sobre el crecimiento de la economía mundial en 2021 y 2022, tras la contracción del 3,5% el año pasado. Georgieva afirmó que la economía global está en una senda más firme después de que los gobiernos gastaron 16 billones de dólares en medidas fiscales para contener la pandemia del COVID-19 y mitigar el impacto económico. Sin embargo, también apuntó que los escenarios son divergentes entre las regiones y países, e incluso dentro de una misma nación. "Demasiados países están quedando rezagados", declaró.
Ese relativo optimismo del FMI parece estar siendo compartido en la zona euro. La confianza económica de la región aumentó en marzo mucho más de lo esperado, según los datos publicados ayer, con Alemania a la cabeza y superando la media a largo plazo por primera vez desde el estallido de la pandemia. La encuesta mensual de la Comisión Europea muestra que el indicador de sentimiento económico en los 19 países que comparten el euro subió a 101 puntos en marzo desde los 93,4 de febrero, superando las previsiones que apuntaba un aumento a 96,0 puntos. El optimismo aumentó en todas las categorías, con una mejora del sentimiento en la industria y en los servicios. También aumentó la perspectiva de los consumidores y del sector minorista, y la construcción y los servicios financieros registraron fuertes mejoras.