La rentabilidad de la deuda de Estados Unidos operaba ayer con una leve tendencia a la baja, ya que hasta ese momento los resultados de las elecciones legislativas no arrojaban una contundente victoria del Partido Republicano, llevando al mercado a enfocarse en el dato de inflación que hoy se publica y que podría dar forma a la política monetaria de la Fed para los próximos meses.
Aquí, en Europa, una nueva encuesta del BCE mostraba ayer que las expectativas de inflación de los consumidores de la zona euro siguieron aumentando en septiembre, a pesar de que las previsiones de crecimiento económico y de ingresos disminuyeron notablemente. La inflación ha estado batiendo récords durante meses, lo que hace temer que los salarios, que siguen creciendo a un ritmo relativamente lento, acaben por seguirla, desencadenando una espiral inflacionista difícil de superar. Sin embargo, la encuesta parece indicar que la inflación y el crecimiento de los ingresos seguirán desalineados, lo que supone un cierto alivio para el BCE. Los consumidores de la zona euro consideran que la inflación será del 7,3% en los próximos 12 meses, frente al 6,9% que preveían en agosto. También son más pesimistas sobre el crecimiento económico y esperan que la zona euro se contraiga un 2,4% en los próximos 12 meses, lo que supone un descenso significativo respecto a la contracción del 1,7% prevista en agosto.