En línea con su promesa de seguir apoyando la economía durante la pandemia, el BCE amplió ayer su plan de compras de deuda y acordó proporcionar a los bancos más liquidez, siempre y cuando sigan traspasando el efectivo a las empresas. El BCE aumentó el volumen general de su Programa de Compras de Emergencia para Pandemias en 500.000 millones de euros hasta los 1,85 billones de euros, prorrogando además su horizonte hasta marzo de 2022, con el objetivo de mantener los costes del endeudamiento público y corporativo en mínimos históricos. El BCE también amplió en un año la ventana en la que los bancos obtendrán una tasa de reembolso en las subastas de liquidez de largo plazo (TLTRO), hasta junio de 2022. En las semanas previas a la reunión, el banco central dijo que su trabajo se enfocaría en mantener los costes del crédito en su nivel actual durante más tiempo, en lugar de reducirlos aún más. Bajo esta premisa, mantuvo los tipos de interés sin cambios en mínimos históricos, aunque hizo hincapié en su promesa de recortarlos más si fuera necesario.
El BCE publicó nuevas proyecciones sobre el crecimiento de la zona del euro el próximo año, que espera se sitúe en 3,9% en comparación con un pronóstico anterior de 5,0%, aunque espera que el PIB se acelere un 4,2% en 2022, desde una estimación previa del 3,2%. Después de marcar el 1% el próximo año, la inflación avanzaría a 1,1% en 2022, por debajo de la anterior previsión del 1,3%. En su comunicado tras la reunión apuntó que “continuaremos monitorizando la evolución del tipo de cambio con respecto a sus posibles implicaciones para las perspectivas de inflación a medio plazo". Su presidenta aclaró después que el BCE no intervendría en el tipo de cambio.