Las autoridades de la FED se reúnen la próxima semana. En medio de una inflación persistente, ahora deben enfrentarse a la primera repercusión aguda de las agresivas subidas de tipos de interés que inició el año pasado. No se espera que la repentina quiebra de Silicon Valley Bank impida que la Fed siga elevando los tipos en su reunión del 21 y 22 de marzo, ya que la inflación todavía está muy por encima de su objetivo del 2% y su presidente señaló en sus comparecencias en el Congreso la pasada semana que la política monetaria podría necesitar ser aún más agresiva. No obstante, al debate de la reunión se podría añadir una dosis de cautela y aunque la amenaza de una perturbación sistémica en el sistema bancario es pequeña, el riesgo de avivar la inestabilidad financiera podría animar a la Fed a optar por una menor subida de tipos. Es lo que ahora descuenta el mercado.
Ayer, los rendimientos a corto plazo del Tesoro estadounidense se desplomaban. La rentabilidad a dos años caía por debajo del 4% por primera vez desde el pasado octubre y la de 10 años llegaba a retroceder al 3,418%, el nivel más bajo desde el 3 de febrero. La curva también redujo su inversión, llevando el diferencial de rendimientos entre dos y diez años al nivel más estrecho desde enero, una señal de que los inversores han reducido las expectativas de aumento de tipos. Algunos, como Goldman Sachs, pronostican ahora que la Fed no subirá los tipos en su reunión de la próxima semana, lo que ayudaba al fuerte repunte en los precios de la deuda.